Vía LasProvincias.es Técnicos municipales y agentes de la Policía Local visitarán a partir de hoy cada una de las terrazas de los bares de la ciudad. El objetivo, delimitar el espacio en el que los hosteleros puedan colocar sus mesas y sillas. Pintura en mano, los operarios señalizarán en el pavimento los límites del espacio autorizado para cada bar. «Me parece bien que pinten el espacio para cada terraza, que haya un control, pero que sea igual para todos los que ocupan la calle, no sólo para los hosteleros», explica la propietaria de un bar en Benimaclet. La delimitación de las terrazas es una de las medidas de la nueva ordenanza municipal que regula las ocupaciones del dominio público, una normativa que fue aprobada en mayo, pero que tendrá su aplicación real a partir de este mes.

«Se tiene que regular para que los viandantes puedan usar las aceras sin problemas, pero marcar con líneas las terrazas me parece excesivo», comenta el dueño de una cafetería cerca de la plaza del ayuntamiento. Dos líneas de 25 centímetros de largo y 7 centímetros de ancho en ángulo recto bordearán cada sector legalmente habilitado. La primera vez, los efectivos del ayuntamiento se encargarán de pintarlas pero, a partir de este momento, los hosteleros tendrán que encargarse del mantenimiento de la señalización en caso de que esta no marque con claridad el espacio y, además, delimitar el sector de forma obligatoria una vez al año.

La normativa también ha fijado unos límites máximos de ocupación, atendiendo a unos criterios que posibiliten la «proporcionalidad y el equilibrio entre los distintos establecimientos», según la propia ordenanza. Los locales con una superficie de hasta 200 metros cuadrados podrán disponer de una terraza con un máximo de 60 metros cuadrados. En cuanto al aforo interior, la norma exige un espacio de 1,75 metros cuadrados de superficie de terraza por cada persona aforada en el interior del local, siempre sin sobrepasar el ancho de fachada del establecimiento, hecho que requiere una autorización especial.

Otros colectivos afectados

La que ya se conoce como la ordenanza de la calle intentará mediar en la polémica continua entre comerciantes, hosteleros y vecinos por el uso de la vía pública. Y no es para menos, pues la nueva regulación aúna las exigencias de toda actividad u objeto que se presente en la vía pública. Quioscos, comercios, contenedores o vehículos turísticos son algunos sectores afectados por esta ordenanza que, en su exposición al público, recibió 230 alegaciones de los diferentes colectivos.

La presidenta de la Federación de Vecinos, María José Broseta, muestra su satisfacción por la ampliación de la banda libre peatonal. No obstante, critica los «retrasos» en la recogida de mesas y sillas por parte de los bares. Los establecimientos disponen de 30 minutos para proceder al cierre de la parte exterior del local, pero según Broseta «esto no se cumple». «No estamos dispuestos a conceder ni medio minuto más de lo establecido. El problema no está en delimitar un horario u otro, el problema está en cumplirlo», afirma la dirigente vecinal.

A la espera de la vuelta del verano, las más de 3.000 terrazas autorizadas en la capital del Turia tendrán que adaptarse a esta nueva medida. Sin embargo, a pocos días para que de comienzo la señalización, muchos hosteleros y comerciantes de los barrios más frecuentados de Valencia afirman «no saber nada» acerca de los requisitos que serán necesarios para cada local.